domingo, 10 de abril de 2011

Palabrerío que desentona. Ya sabes, como hablar sin saber a dónde se quiere llegar, asustarse sin venir a cuento y todo eso que hacemos sin darnos cuenta.
Tener miedo por tenerlo. Yo tuve miedo. ¡Joder, que si tuve!
¿A qué? Ahora no lo sé. Menuda estupidez, ¿no?. Estupideces, ando sobrada.
Pero no tiene nada de malo.
No digo que sea malo. Es una estupidez, sencillo y fácil de solucionar.
Y poco después, me conozco y sé por dónde tirar. Y poco después, me desconozco y ya se verá.

Daños colaterales. Por ambas partes o no.
- Todo se andará, dijo la niña del lunar en el ojo.

Y se andó. Se llegó a la solución y se siguió andando. Parar para sacar un par de fotos y no olvidar la luz, sólo la luz (adoración Monet-iana), que nuestra memoria no da para más, como ya sabrás.
Qué bonito se ve todo, jodido estado mental. Siempre engañas, dulces engaños que regalas a veces. Y yo me dejo, claro.
Haremos lo que tengamos que hacer, lo que nos de la gana hacer y si el engaño nos aburre, la realidad ya se encargará de pasarse por el bar, brindaremos por ella y a olvidar todo... menos la luz.




2 comentarios:

edetre dijo...

Muchas veces tenemos miedo por tenerlo, como un alma de defensa supongo...

Un saludo.

Emilia S dijo...

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Catherine