lunes, 25 de abril de 2011


“La gente se está burlando de ti todos los días. Ellos se meten en tu vida, te dan golpes bajos y luego desaparecen. Te miran desde edificios altos y te hacen sentir pequeño. Hacen comentarios impertinentes en los autobuses diciendo que no eres suficientemente atractivo/a y que toda la diversión está sucediendo en otro lugar. Están en la televisión haciendo que tu novia se sienta insuficiente. Tienen acceso a la tecnología más sofisticada que el mundo haya visto y te intimidan con ella. Son los publicistas, y se están riendo de ti.
Tú, sin embargo, tienes prohibido tocarlos. Marcas comerciales, derechos de propiedad intelectual y derecho de autor significa que los publicistas pueden decir lo que quieran donde quieran con total impunidad.
A la mierda con eso. Cualquier anuncio en un espacio público, que no te da la opción de mirarlo o no, es tuyo. Es tuyo para tomarlo, re-organizarlo y re-usarlo. Puedes hacer lo que quieras con él. Pedir permiso es como pedirle a alguien que guarde la piedra que le acabas de tirar en la cabeza.
No le debes nada a las empresas. Menos que nada, y principalmente no les debes nada de cortesía. Ellos te deben. Ellos han re-organizado el mundo para ponerse sobre ti. Nunca te pidieron permiso, ni siquiera pienses en pedirle permiso a ellos.”

Banksy



domingo, 10 de abril de 2011

Palabrerío que desentona. Ya sabes, como hablar sin saber a dónde se quiere llegar, asustarse sin venir a cuento y todo eso que hacemos sin darnos cuenta.
Tener miedo por tenerlo. Yo tuve miedo. ¡Joder, que si tuve!
¿A qué? Ahora no lo sé. Menuda estupidez, ¿no?. Estupideces, ando sobrada.
Pero no tiene nada de malo.
No digo que sea malo. Es una estupidez, sencillo y fácil de solucionar.
Y poco después, me conozco y sé por dónde tirar. Y poco después, me desconozco y ya se verá.

Daños colaterales. Por ambas partes o no.
- Todo se andará, dijo la niña del lunar en el ojo.

Y se andó. Se llegó a la solución y se siguió andando. Parar para sacar un par de fotos y no olvidar la luz, sólo la luz (adoración Monet-iana), que nuestra memoria no da para más, como ya sabrás.
Qué bonito se ve todo, jodido estado mental. Siempre engañas, dulces engaños que regalas a veces. Y yo me dejo, claro.
Haremos lo que tengamos que hacer, lo que nos de la gana hacer y si el engaño nos aburre, la realidad ya se encargará de pasarse por el bar, brindaremos por ella y a olvidar todo... menos la luz.