miércoles, 24 de noviembre de 2010

Dime que no es verdad.
Sólo dímelo y, si tienes miedo, no me mires a la cara.

¿Recuerdas aquella noche en elbar? Alguien dijo: "quisiera que estuvieras a mi lado. Déjalo salir. Te preocupas demasiado" y... alguna lágrima se escapó. Los románticos sólo se dejan ver de noche, lo aprendimos justo en ese momento. Por ese entonces ninguno sabía lo que significaba.
Una pena que nuestro ciego no nos contase el final de la historia justo en ese lugar.
Gallina ciega, decías, dices, digo y corríamos a jugar.

Que ni tanto monta, ni monta tanto. Demasiadas espirales hasta hoy y... hoy todo está perfecto. Perfectísimo. Por fin se acabó la levitación y los viajes de idas y venidas espaciotemporales.

Resumí el infinito. Que es que a mi me va simplificar... aunque te mentiría si te dijera que no echo de menos perderme en "los universos aquellos". Les había puesto nombre. Vínculo afectivo. Maldito vínculo.




Bah, si me das un café me callo.

2 comentarios:

N* dijo...

No sólo los románticos se dejan ver por la noche, la verdad siempre sale a esas horas tan tardías...
A mí también me encanta perderme en "universos", creo que todos tenemos uno, nos ayuda a evadirnos un poquito de la realidad y a soñar (es que cuando soñamos somos felices).
No hace falta decirte que al café estás invitada...
Visita más universos, seguro que hay más por ahí que te pueden gustar

Pandora dijo...

Los universos aquellos. Piensa que ahora lo que cuenta es el haberlo tenido para saber lo que es. Fue bonito, por eso se echa en falta.

Es mejor no saber el final de la historia. Realmente es imposible, sólo con haberlo intuido ya lo habrían hecho diferente.

Se acabó la levitación, ahora solo falta que tus pies toquen de nuevo la tierra para que tengas la oportunidad de impulsarte al cielo, otra vez, si te apetece.


Aysh! Menina...