Tristeza y paranoia quedaron en mi cabeza para hablar.
Yo, en medio, nunca supe cómo reaccionar.
Ahí estaban, apartándome la mirada.
Excluída me senté en un rincón.
Apenas escuchaba lo que entre ellas hablaban,
muy entretenido debió ser porque de allí no se movieron hasta el amanecer.
En su presencia el ambiente se sobrecargó.
Tras su partida nada cambió.
Yo que me proclamaba inerte le dije a mi corazón:
-¡Prende!
¡Estalla!
Llénalo todo de color.
No dejes ganar a esas dos que nada saben de la vida,
de su increíble furor.
Foto:Heart Voodoo by ~auree
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