viernes, 10 de abril de 2009

Y ahora... ahora cambiamos.

Cambiamos todo, mente, posibilidades, entorno, ganas,...

Nos quedamos llenos y de repente, nos vaciamos.
De repente... todo está bien, todo, incluso lo malo.
Todo está donde debería estar aunque su sitio no sea el adecuado.
Nos gusta aunque en el fondo nos disguste.

Rápido, giros de 180º, cambio y más cambio.

Sabemos que cuando ésto pare nos vamos a marear, nos entrarán ganas de potar y puede que lleguemos a llorar pero... pero... bah.

Olvídate del freno, que pase lo que deba pasar y lo que no... también.

Le echaremos la culpa al destino, usaremos cualquier excusa tonta y... ¡a por lo siguiente!


4 comentarios:

C. Chase dijo...

Acelera
y olvídate del freno.

Genial.
Cierto es que una opción siguiendo esa filosofía es estrellarte;
pero
la otra
es
VOLAR.

Tara dijo...

en mi caso, la aceleración desorbitada me ha durado seis días...

ahora, desacelerada y cabreada, no estoy estrellada sino migrañosa, muy migrañosa,... y cabreada.

JoSe dijo...

... y lo que tenga que llegar que bienvenido sea...

edetre dijo...

Te dejo una frase que leí y que me encanta: "una taza sólo sirve cuando está vacía".

Un saludo.