¿Pero qué-me-estás-contando?
Dicho con sus pausas y su mirada escandalizada, rodeada de humo, rubia con gas embotellada y alguna servilleta mal usada.
Humores que van y vienen al son de cada trago.
Tú-s, no-s, qué sé yo.
¿Dónde estás ahora? ¿Sigues ahí?
Pregunto con la mirada pero tú no caes en la cuenta.
Denso, denso, apenas se puede respirar.
¿Qué coño haces?
Y esta vez le pongo sonido.
¿Perdón?
No, no te disculpes. Espera que trague.
Carcajada irritante.
No soy yo, eres tú.
La sinceridad no es lo que era.
2 comentarios:
ah, pero habías sido sincera?
A veces la sinceridad no es la mejor salida...
Publicar un comentario