Se esforzó, pero nunca lo sintió.
Busca, busca, rebusca la flor tonta -la que se queja del viento-.
La niña con mofletes color naranja, con ojitos de desgana, se obsesionó con el tiempo, una vez más.
Esperando a que él ordenase sus trastos, a que la pusiese donde debía estar.
Ni especial ni mundos interiores, ¿de qué va todo eso?.
Aflora,aflora, en cada diástole.
El entendimiento no cabe.
Entrar, entrar y soledad. Sístole.
1 comentario:
me perdió la flor tonta
descolocada en un cambio de armario
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